MINDFULNESS

​Mindfulness nos enseña a saborear cada instante de la vida, nos ayuda a hacernos conscientes de todo lo que acontece en nuestra realidad, llevando nuestra atención al momento presente. Son muchas las distracciones en nuestro día a día que nos alejan del momento actual, vivimos en piloto automático de un lado para el otro, acumulando estrés y emociones que nos hacen sentir mal, sin pararnos a disfrutar de los momentos que vivimos. Nuestra mente no nos lo pone fácil, creando pensamientos que en su gran mayoría no nos hacen sentir bien, despiertan nuestros miedos y acentúan más nuestras inseguridades. Necesitamos conocer los procesos de nuestra mente, así como herramientas para gestionar nuestras emociones, para poder mantener una buena salud mental y emocional. Uno de los objetivos de Mindfulness es calmar la mente para ver con claridad, nuestra mente de forma habitual está agitada con pensamientos variados. Eckart Tolle lo llama “cháchara mental”, los orientales lo llaman “mente de mono” ya que está continuamente saltando de un pensamiento a otro. La mente rumiando pensamientos no sólo no aporta soluciones a nuestros problemas, sino que, los acentúa. Constantemente nos encontramos con pensamientos que nos recuerdan el pasado y se anticipan al futuro, un futuro que no ha llegado lleno de peligros inexistentes que nos producen ansiedad y miedos en el presente. Ese saltar del pasado al futuro hace que no vivamos en el presente con plena consciencia y con claridad, calmar la mente nos lleva a centrarnos en el presente, que es el único momento que existe. ​ Para conocer los procesos que guían la atención tenemos que tomar consciencia de los contenidos de la conciencia, y eso es algo que a la cultura occidental se le ha escapado a lo largo de los años. Hemos tenido que abrirnos con humildad a conocer las técnicas milenarias de meditación que la cultura oriental ha estado desarrollando desde una perspectiva más contemplativa que racionalista.